HISTORIA

 

    La historia de un pueblo siempre es una ardua, difícil, compleja y dura tarea de realizar, por eso no vamos a acometer aquí esa labor, sino que nos limitaremos a dar una visión general de los cambios y transformaciones que poco a poco han ido configurando el actual pueblo.

  Es difícil precisar con seguridad cuales son los orígenes primitivos del pueblo, pero por las fuentes históricas disponibles podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el origen de Villar de la Encina se encuentra en los asentamientos de la Edad del Bronce ( 1500 AC ) que se realizan en el interior de la península ibérica. La Situación del pueblo en una loma aislada es posible síntoma de un antiguo asentamiento defensivo de esta época y este echo parece ratificado por la abundancia de cerámica de esta época que aparece a la hora de realizar trabajos en el subsuelo de la zona alta del pueblo.

                                                    

                                                                                                                                        VILLAR DE LA ENCINA Y SU SITUACIÓN DEFENSIVA

    Estos asentamientos son bastante frecuentes en esta zona y destacarían, por ejemplo, los de la Sierra  de la Villa, el Castillo de Haro y el Cerro de la Virgen de la Cuesta en Alconchel de la Estrella. Este último núcleo de población debió ser el más importante  y organizaría económica y militarmente la zona. Estos asentamientos celtibéricos, mantuvieron su vida independiente, basada en el pastoreo y agricultura en las riveras de los ríos hasta la entrada de los romanos en la península ibérica.

    La entrada de Roma se produjo a finales del siglo III AC. pero en esta zona en concreto su asentamiento definitivo no se produciría hasta las campañas del cónsul romano Tiberio Sempronio Graco  en el año 179 AC..

    A partir de estos momentos comenzará la romanización de esta zona. Los antiguos asentamientos son aprovechados y reutilizados (en el pueblo aparecen restos romanos en las eras) desarrollándose la agricultura, las vías de comunicación (el camino murciano es una antigua vía romana Complutum- Cartago) y de la minería, se comienza a explotar comercialmente el lapix speculum (espejillo). Esta zona se convierte en la mayor explotadora de este material de todo el imperio romano. En Villar de la Encina tenemos un excepcional ejemplo de este tipo de explotaciones en " Las Minas ", donde se pueden observar al menos  cuatro entradas a este tipo de minas.

    La Vida durante el imperio romano se desarrolla en grandes ciudades como Segóbriga que organizaban administrativamente el territorio y otras poblaciones de menor importancia dedicadas a la explotación agrícola, ganadera y minera como fueron Villaescusa, La Venta ( en el camino murciano) o nuestro pueblo. Esta situación comenzó a variar a partir del siglo III d.c y surgieron las llamadas " villaes ", pequeñas casa de campo autosuficientes de las cuales se han localizado varias en el valle del Záncara.

                                       

                                                           ANFITEATRO DE SEGÓBRIGA                                         TEATRO DE SEGÓBRIGA

    El Imperio Romano sufrió una profunda crisis económica, social y política desde mediados del siglo III d.c que facilitó la entrada de los pueblos germánicos en todos los territorios del Imperio. En Hispania, a partir de los inicios del siglo V se asentó el pueblo Visigodo, que formó el primer reino hispánico conocido como Reino de Toledo. Dado la estratégica situación de Villar de la Encina entre el valle del río Záncara, la vía romana y una importante vía de comunicación natural ( La Vereda, o Cañada Real ) entre el " Escorial " y el " Pozo de la Muela ", se  estableció un asentamiento visigodo del cual han aparecido restos de edificaciones y una interesante necrópolis ( los ajuares allí aparecidos se encuentran en el museo arqueológico de Cuenca ). Estos restos se datan en el siglo VI d.c. El final del asentamiento coincide cronológicamente con la entrada de los musulmanes en la península ibérica a partir del 711 d.c.

 

                

                                              VEREDA Y ASENTAMIENTO VISIGODO                                                 POZO VISIGODO

    En el término municipal de Villar de la Encina no se tiene constancia de la existencia de restos árabes, sin embargo estos si se han localizado en Villalgordo y en Alconchel. Estos asentamientos posiblemente fueran de Bereberes ( pastores nómadas norteafricanos ) que desplazarían sus ganados por toda la comarca.

    Desde el siglo VIII al siglo XII, las noticias del pueblo son escasas así tendremos que esperar a la Reconquista y repoblación para tener nuevas referencias de la zona. En torno a 1150 la desintegración del imperio almohade era evidente,  así, esta coyuntura será aprovechada por los reinos del norte para iniciar la reconquista y repoblación del centro de la península. De esta forma Alfonso VIII, inicia alrededor de 1180 una serie de campañas que finalizan con la conquista de la parte alta del valle del Záncara. Alfonso VIII cedió parte de estos territorios a la nobleza para facilitar su defensa y así Don Diego López de Haro,  ( Alférez Mayor del reino ) fundó el Señorío de Haro, cuyo centro era el Castillo y la aldea de Haro y dependiendo de él: Villaescusa de Haro, Fuentelespino de Haro, Rada de Haro, Carrascosa de Haro y Villar de la Encina ( también de Haro en aquel entonces ).

 

                                                                       

                                                                                   CASTILLO DE HARO. CONSTRUIDO POR Dº DIEGO LÓPEZ DE HARO

                            

       Estos pueblos surgen sobre antiguas poblaciones y de ahí vienen sus actuales nombres. Así el topónimo de VILLAR provendrá de villa o antigua población, y el término de LA ENCINA, tendrá su origen en la abundancia de este árbol en su término municipal.

    El Señorío de Haro, 80 años después pertenecía ya a la Orden Militar de Santiago, por cesión de sus propietarios, y ya en el 1347 tenemos las primeras noticias sobre el declive de la aldea y el Castillo de Haro pasando a ser cabeza del señorío Villaescusa de Haro, a la cual se le concede el Fuero de Cuenca ( Forum Fari ) y el control sobre el resto de las villas.

    Así nuestro pueblo pasa a depender directamente de Villaescusa, pero a su vez comienza a crecer económica y territorialmente, iniciando la absorción de la población de pequeñas aldeas cercanas como la misma Haro o la Puebla y aumentando las competencias de sus curas-párrocos que regentaban las iglesias de Carrascosa, La Puebla y Haro.

    Este crecimiento de las poblaciones más importantes del Señorío de Haro, tendrán un momento clave en su historia que será el enfrentamiento entre los Reyes Católicos y la nobleza señorial desde 1474 hasta 1479. Tras la muerte de Enrique IV, se produce un conflicto por la sucesión del trono de Castilla; por una parte se enfrentan Doña Juana la Beltraneja hija del difunto rey apoyada por la alta nobleza castellana, el reino de Portugal y el reino de Francia y por otra Doña Isabel, hermanastra del difunto rey, apoyada por la baja nobleza, la mayoría de las ciudades y las Órdenes militares. Villar de la Encina pertenecía en estos momentos a la Orden militar de Santiago ( como todo el señorío de Haro ) pero estaba rodeada por las tierras del Marqués de Villena ( Belmonte, Castillo de Garcimuñoz, Villalgordo del Marquesado, Alconchel de la Estrella....etc )

                                                             

                                                                            CASTILLO DE BELMONTE

                                                     

 

     En este contexto se produjeron duros enfrentamientos contra estas poblaciones limítrofes cuyas consecuencias fueron los incendios de Villaescusa y Villar de la Encina ( de ahí posiblemente la designación de " ahumaos " ) Finalmente la toma del Castillo de Garcimuñoz  por las tropas reales y las aportadas por estos pueblos pusieron fin a este conflicto en la zona. Echo destacado fue la muerte en dicho acto del poeta Jorge Manrique, muy cerca de nuestro pueblo.

                                                              

                                                                CASTILLO DE GARCIMUÑOZ, EN SU TOMA MURIÓ JORGE MANRIQUE

    Por los extraordinarios servicios que prestó Villaescusa de Haro y sus Villas a los Reyes Católicos, se les concedió la exención de los impuestos del Pedido, Pedroso y Moneda Forera. A partir de estos momentos se inició una de las etapas de mayor expansión y prosperidad de nuestro pueblo.

   Los albores del siglo XVI se presentaban para Villar de la Encina con las mejores expectativas posibles, la subida al trono de los Reyes Católicos y el asentamiento del poder real, concedía cierta preeminencia a las villas y pueblos de realengo sobre el resto de las poblaciones que dependían de los nobles, esto, se unía a la exención que la villa de Villaescusa había recibido por sus servicios prestados y por tanto a sus villas anexas, como lo era el pueblo en esos momentos.

                                                     

                                                                  MAPA DE LOS PUEBLOS DE LA ORDEN DE SANTIAGO. S XVII

   Esta positiva coyuntura se terminaba de completar con el descubrimiento de América, que suponía la aparición de un nuevo territorio del cual extraer riquezas pero también como un excepcional mercado de amplísimas proporciones. Esta situación sirvió para estimular el crecimiento demográfico de Villar de la Encina. Según los libros de nacimientos y defunciones de la iglesia parroquial, la población alcanzaría un máximo de 450 a 500 personas entorno a 1580-1590.

   El crecimiento de la población impulsó varias transformaciones en el pueblo: una  se produjo en el aspecto  administrativo, Villar de la Encina se convirtió en el segundo pueblo más poblado e importante de la zona de Haro después de Villaescusa, cuya población rondaría los 2000 ó 25000 habitantes en dicho periodo. Esto supuso que la iglesia y cura párroco de Villar de la Encina controlasen las iglesias parroquiales de Haro, Carrascosa de Haro y la Puebla. El control de estas iglesias , supuso para nuestro pueblo la posibilidad de disponer de nuevos fondos monetarios con los cuales iniciar la construcción de una nueva iglesia en la villa, necesaria entre otras cosas para dar cabida a la cada vez mayor población del pueblo. La nueva iglesia ( Iglesia de los Remedios ) se debió de iniciar en torno a los años 1550 ó 1560, por sus trazas interiores renacentistas y por su puerta mayor ( actualmente tapiada ) de bella elaboración manierista que da al atrio.

                                                                        

                                                                      PORTADA RENACENTISTA IGLESIA DE LOS REMEDIOS

 

     No son demasiados los datos que tenemos sobre los costes, maestros arquitectos y ritmo de construcción al no encontrarse los libros de fábrica del siglo XVI en los cuales se reflejaron estos datos. Si tenemos datos fragmentarios de préstamos de las iglesias de Haro y la puebla para realizar la obra. Estos préstamos varían entorno a los 75000 y 125000 maravedíes que al cambio vendrían a ser entre 12.000 y 15.000 €. Las obras finales de la iglesia se concluyeron en 1622 con el remate final de la espadaña de la iglesia.

             

                       ESPADAÑA DE VILLAR DE LA ENCINA                                                         VISTA DE LA IGLESIA 

   Por último el fuerte crecimiento demográfico tuvo otra consecuencia, la roturación de nuevas tierras, algunas de las cuales eran dehesas ( zonas de pasto ) o monte bajo y medio ( utilizado para el pastoreo y la obtención de leña ) a partir de estas roturaciones comienza a descender de una manera drástica el número de encinas que habían dado nombre al pueblo. Este descenso de encinas se mantuvo has bien entrado el siglo XX para conseguir nuevas tierras de labranza o bien para conseguir madera para construcción o el fuego del hogar.

   El aumento de tierras de labor, supuso una cierta transformación en los oficios descendiendo el número de ganaderos y aumentando el de labradores, así como los cultivos, siendo fundamentales en este momento el trigo, cebada y legumbres (lenteja, garbanzos, yeros) azafrán y comienza a aparecer en estos momentos la vid.

    Todo este panorama de crecimiento demográfico y económico se vera frenado a partir de 1570-1580 y gravemente alterado desde 1590-1600. Tres serán las causas fundamentales:

- La primera fue la fuerte subida de los impuestos reales desde 1540. Esta subida se produce para poder sufragar los gastos de los ejércitos reales en Europa, estos impuestos fueron especialmente fuertes en Castilla. 

- La segunda causa será la subida general de precios, producida por la abundante llegada a la Península de metales preciosos procedentes de América. La gran cantidad de plata en circulación hizo que subieran los precios dentro de la Península siendo uno de los productos más afectados por la subida los cereales con lo cual los compradores americanos comenzaron a producir cereal en América o a importarlo de Centro Europa hecho esto que supuso una restricción del mercado, un descenso de la producción en el interior de la Península y como consecuencia directa un periodo de recesión económica y pérdida de población. 

- La tercera causa fueron las crisis de subsistencia y mortalidad catastrófica. En los logros de fábrica de la villa aparecen reflejadas varias de estas crisis: 1590-98; 1620-24; 1632-34; 1656-58; 1685-90. Durante estos periodos se produce una serie de mala cosechas que debilitan la constitución y defensas de las personas, esta situación se verá reforzada con la aparición de la peste. Los periodos más graves serán 1590-98 y de 1632 a 1634. Durante estos periodos se observan una mortalidad entorno a las 30 o 35 personas (la mortalidad media de un año normal oscila entre 12 a 15 personas).

     Todo este conjunto de circunstancias freno las magnificas expectativas que se habían generado en nuestro pueblo durante el siglo XVI, así el siglo XVII, será un periodo de decadencia. Los niveles de pobreza debieron aumentar considerablemente, ya que desde 1625 a 1630 se llevan a cabo esfuerzos por parte de la iglesia para crear un hospital (los hospitales funcionan durante la edad moderna como asilo de pobres, enfermos e indigentes), estos esfuerzos fueron infructuosos por la falta de recursos económicos. También aumentaron considerablemente los "censos" (empréstitos en los cuales se pone como garantía las tierras) este aumento de los censos supuso que durante 1610 a 1650 gran parte de los pequeños labradores perdieron sus tierras y que estos fueran o bien a manos de la Iglesia y conventos como el de Villaescusa o el Castillo de Garcimuñoz o bien a manos de los grandes labradores del pueblo.

                                                   

                                                      RUINAS DEL CONVENTO DE LOS DOMINICOS DE VILLAESCUSA DE HARO

       Por último también aumentaron provisionalmente los impuestos reales durante el siglo XVII. Este aumento de los impuestos reales fue especialmente duro para nuestro pueblo, ya que al depender de Villaescusa de Haro, este como centro que repartía los impuestos gravaba a los pueblos que dependían de él con una parte muy importante de los que correspondían al conjunto de los territorios bajo su control. Esta presión fiscal, fue una de las cuales de  la consecución de la autonomía de Villar de la Encina que culminara con el Proceso de Villazgo de 1674 a 1677 por el cual Villar de la Encina s convertirá en una VILLA, dejando de ser "lugar" y de depender de Villaescusa de Haro.

 

 

ARTICULO HISTÓRICO SOBRE EL PROCESO DE VILLAZGO.

TRANSCRIPCIÓN DE DOCUMENTOS DEL PROCESO DE VILLAZGO